La Carboxiterapia Facial consiste en la aplicación subcutánea de dióxido de carbono (CO2), con el fin de conseguir una mejora terapéutica y estética.
Se realiza mediante microinyecciones de dióxido de carbono en el lugar deseado, gracias a un equipo de última tecnología, controla la velocidad del flujo del gas, la dosis administrada y el tiempo de inyección.
La duración de la sesión puede durar entre 15 y 45 minutos dependiendo de las áreas que se vayan a tratar y cuantas de ellas en cada sesión.
Se requieren entre 4 y 15 sesiones dependiendo de la zona y la finalidad del tratamiento.
Efectos de la Carboxiterapia Facial:
Una vez inyectado el CO2, el organismo detecta un desequilibrio en la oxigenación local, para compensar esta situación aumenta el suministro localizado de oxigeno, esto provoca un efecto vasodilatador y un incremento de oxigenación en el tejido. Todo ello repercute en un aumento de la velocidad del flujo sanguíneo y la apertura de capilares, que en condiciones normales se encontrarían cerrados.
Además, con la Carboxiterapia Facial mejoras también el tono de la piel, ya que se eliminan las toxinas desligadas durante el proceso a través del sistema linfático. Se estimula el colágeno y la elastina.
Hay que tener en cuenta que el CO2 inyectado permanece en el organismo entre 24 y 30 horas, lo que obliga a alternar las sesiones entre 2 o 3 veces por semana, para que el rostro recupere su equilibrio natural.